Durante los años 60, Lucy Buj fue uno de los rostros más entrañables del cine mexicano. Muchos la recuerdan como “la güerita de las trencitas”, sobre todo por su participación en María Isabel (1968), donde compartió créditos con Silvia Pinal, así como en filmes como El libro de piedra y Primera comunión. Su mirada dulce y naturalidad frente a cámara la convirtieron en una favorita del público.

Pero su carrera como actriz infantil se detuvo de forma abrupta. A los 11 años, tras vivir una experiencia de acoso por parte de un director, decidió alejarse del medio artístico por completo. En una entrevista reciente, relató que fue su madre quien apoyó su decisión sin cuestionarla. Con ello, Lucy se despidió del cine siendo aún una niña.

A lo largo de los años, reconstruyó su vida con valentía. Estudió interpretación, aprendió inglés y francés, y trabajó como traductora e incluso en una embajada. Por un tiempo, se dedicó a vender en tianguis, etapa de la que habla con orgullo y sin vergüenza, como una forma digna de salir adelante.

También te puede interesar: Revelan por qué no se ha abierto el testamento de Silvia Pinal

Hoy, con madurez, serenidad y ese carisma que no se apaga, Lucy Buj se dedica a dar clases de actuación. Comparte su experiencia con nuevas generaciones y mantiene viva su pasión por el arte. Además, vive una relación de pareja estable y se muestra agradecida con la vida.

Y aunque lleva décadas lejos de los sets, no cierra la puerta al regreso a las pantallas.

Aquí la entrevista:

Lo más nuevo

También puede interesarte

Fonógrafo 690 AM

Sigue las notas y las novedades más importantes del momento

Suscríbete