Este 28 de noviembre se conmemoran 10 años desde el fallecimiento de Roberto Gómez Bolaños, conocido popularmente como Chespirito, una de las figuras más emblemáticas de la comedia y la televisión en América Latina.

A lo largo de su trayectoria, encantó a generaciones con personajes icónicos como El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado.

Nacido el 21 de febrero de 1929 en la Ciudad de México, Gómez Bolaños fue un actor, comediante, escritor, guionista, productor de cine y televisión, y director que dejó una huella imborrable en la historia del entretenimiento latinoamericano.

Su apodo surgió de un director de cine que lo comparó con William Shakespeare, llamándolo “Shakespearito” por su talento como escritor, pero adaptándolo al español como “Chespirito”.

Antes de llegar a la televisión, trabajó como publicista, oficio que le permitió desarrollar su capacidad para conectar con el público.

A finales de la década de los 50, comenzó a escribir guiones para programas de radio, cine y televisión, incluyendo colaboraciones con grandes figuras del cine mexicano como Viruta y Capulina.

5 curiosidades sobre la vida de Chespirito

  1. De ingeniero a comediante. Su vida estuvo siempre ligada a las artes y la creatividad, Chespirito inició sus estudios en ingeniería mecánica en la UNAM. No obstante, dejó la carrera para dedicarse a su verdadera pasión: la escritura y el entretenimiento. De manera interesante, su aprecio por las matemáticas se manifestaba en la forma meticulosa en que estructuraba sus guiones y personajes.

2. La “CH” en sus personajes. El uso recurrente de la letra CH en nombres como El Chavo del Ocho, El Chapulín Colorado y El Doctor Chapatín nació como una coincidencia. Al notar esta tendencia, Gómez Bolaños decidió utilizarla intencionalmente en muchos de sus personajes.

3. El Chapulin colorado. Chespirito siempre destacó que El Chapulín Colorado era un verdadero héroe, no por su fuerza o habilidades sobrenaturales, sino por su habilidad para superar sus propios temores y enfrentar situaciones complicadas con ingenio y coraje. Para él, esto lo hacía un modelo más cercano a las personas comunes.

4. Fue boxeador. En su juventud, Chespirito fue boxeador y participó en torneos escolares, donde se coronó campeón en su segundo año de preparatoria. Según él, su experiencia en el ring lo ayudó a desarrollar disciplina y fortaleza, cualidades que posteriormente aplicó en su carrera artística.

5. El Chavo del ocho. Aunque El Chavo del Ocho es recordado como un programa infantil, Chespirito aclaró en entrevistas que su intención era escribir para toda la familia. Los temas abordados en la serie, como la pobreza, la amistad y la solidaridad, resonaron con personas de todas las edades, convirtiéndolo en un fenómeno cultural.

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