El enojo es la respuesta fisiológica y emocional de nuestro cuerpo ante algún evento que percibimos como amenaza (miedo), y las reacciones que se generan van desde irritación emocional hasta la ira y violencia.
Sentir enojo es totalmente natural en todo ser humano y cuando es utilizado de manera apropiada nos ayuda a realizar cambios en nuestra vida que nos hacen crecer y afrontar situaciones complicadas. Sin embargo, cuando éste se vuelve crónico puede generar severos problemas a nuestra salud física, emocional, social y psicológica.
Síntomas del enojo crónico:
- Haces el problema más grande de lo que es.
- Te resulta muy difícil volver a un estado de tranquilidad.
- Te sientes enojado la mayor parte del día.
- No tienes claro de por qué o con quién estás enojado.
- Te enojas por los mínimos detalles.
- Recurres a la agresión verbal o física.
- Te has metido en problemas con tus relaciones laborales o personales a consecuencia de tus reacciones al estar enojado.
- Utilizas alcohol, drogas, ejercicio excesivo, comida (entre otras cosas) para liberar tu ira.
Padecimientos que genera el enojo crónico:
- Diabetes
El exceso de cortisol generado por el enojo crónico descontrola los niveles de glucosa que hay en la sangre aumentando el riesgo de desarrollar diabetes.
- Padecimientos cardíacos
Con el exceso de cortisol se provoca un aumento de colesterol en la sangre generando placas en las arterias que aumentan la presión deteriorando la salud del corazón.
- Problemas gástricos e intestinales
Con cada enojo aumenta la producción de jugos gástricos en el estómago provocando dolor, inflamación, gastritis, reflujo, náuseas, estreñimiento y diarrea. Además propicia la aparición de úlceras.
- Dolor muscular
La tensión que se genera a nivel muscular debido al estado de enojo puede provocar migrañas e insomnio.
- Cansancio crónico
Estar enojado genera un desgaste de energía extra en el cuerpo, que a la larga generará una fatiga crónica.
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