La actriz costarricense-mexicana decidió cambiar de residencia por seguridad y acompañará a sus cenizas con un gesto íntimo que refleja su duelo y su fuerza.

En un momento cargado de emoción y reflexión, Maribel Guardia habló recientemente con la prensa sobre su decisión de mudarse de vivienda y los sentimientos que esto implica.
La actriz confesó que la razón principal para este cambio tiene que ver con su privacidad y bienestar: “Porque todos sabían dónde vivo, exactamente. Cualquier problema que tenía estaban todos parados en la reja…” explicó.
Aunque dejar su antigua casa —un espacio lleno de recuerdos hermosos junto a su hijo Julián Figueroa— es difícil, ella lo asume como un paso necesario. “Ah, es una mezcla de emociones, porque también adoraba mi casa… Es difícil dejarla, pero bueno, también fluir es bueno. Yo creo que la vida son cambios constantes y hay que adaptarse.”
Uno de los temas más sensibles que abordó fue el destino de las cenizas de su hijo. Ella señaló que ya cuenta con un nicho para Julián y que el nombre ya está inscrito, pero que aún no ha decidido cuándo hará el traslado definitivo: “Mi mente me dice: ‘Ya tienes que hacerlo’.
Mi corazón me dice: ‘No puedes hacerlo’. Pero tengo que fusionarlos a los dos. Un poquito más de tiempo, ya lo voy haciendo.”
Además, reveló que conserva un arete del cantante: “Traigo un aretito de Julián… Con él me baño, con él voy a shows…” como símbolo de que su presencia sigue viva en su día a día.
Respecto a las cenizas, hay versiones encontradas: mientras algunos medios informan que las trasladará temporalmente a su nuevo domicilio, otros indican que aún no las llevará. En todo caso, queda claro que este proceso es tanto personal como simbólico para ella.
Aunque aún no ha revelado cuál será su nuevo domicilio, Maribel aseguró que la antigua vivienda no será vendida ni rentada, pues allí vivieron momentos clave de su vida: “Ahí estuvo Julián recién nacido, también mi nieto. Muchos recuerdos hermosos… los llevo en mi corazón.”
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Esta mudanza representa un nuevo capítulo: uno en el que Maribel equilibra el recuerdo amoroso de su hijo con la necesidad de reinventarse, de buscar paz, pero sin renunciar al legado que él dejó.