La icónica vedette mexicana, Lyn May, ha vuelto a ser noticia al revelar en una entrevista detalles impactantes sobre los procedimientos estéticos que no solo deformaron su rostro, sino que también la sumieron en una profunda depresión que la llevó a considerar el suicidio. En el programa “El minuto que cambió mi destino, sin censura”, la bailarina compartió su dolorosa experiencia, mostrando la cruda realidad detrás del glamour del espectáculo.
Lyn May revela detalles desgarradores de sus procedimientos estéticos
Para Lyn May, todo comenzó en el Tropicana de la Zona Rosa, cuando dos supuestas cosmetólogas la convencieron de inyectarse un producto que, según ellas, realzaría su belleza. “Me dijeron: ‘Tú estás jovencita, pero si te haces los pómulos un poquito más grandes te vas a ver mejor y vas a quedar como reina’, y ahí está la babosa dejándose inyectar aceite”, relató May.

El procedimiento, que se realizaba con aceite de dudosa procedencia, era una práctica común en esa época. La vedette recordó cómo una de las mujeres llenaba una jeringa con el contenido de un biberón que olía a medicamento. Este engaño no solo afectó su apariencia, sino que también le causó severas lesiones en la piel, convirtiéndose en el centro de críticas y burlas durante años.
Lyn May compartió que el impacto emocional de ver su rostro desfigurado fue devastador. “Sufrí muchísimo. No me quería ver en un espejo… Me quise matar muchísimas veces. Yo lloraba y decía: ‘¿por qué?, yo me voy a matar, ya no quiero vivir así'”, confesó. Su madre fue su principal apoyo durante este tiempo, evitando que tomara decisiones trágicas.
Este oscuro capítulo en la vida de Lyn May la marcó profundamente. La vedette destacó la importancia de no dejarse llevar por estándares de belleza falsos y de ser extremadamente cautelosos al elegir profesionales para realizar cualquier procedimiento estético. “Yo les recomiendo que no se inyecten, y si lo hacen, por favor, que sea después de los 50, ya cuando lo necesiten y no antes”, aconsejó May.
A lo largo de los años, Lyn May ha intentado revertir los daños causados por aquel fatídico procedimiento, sometiéndose a numerosas cirugías. Aunque su aspecto ha mejorado significativamente, nunca ha podido recuperar completamente la belleza que la caracterizaba y que la llevó a ser uno de los sex symbols de su época.
La historia de Lyn May es un ejemplo poderoso de los riesgos asociados con los procedimientos estéticos mal realizados. Su valentía al compartir su experiencia busca prevenir que otras personas pasen por el mismo calvario, instándolas a buscar siempre profesionales cualificados y a cuestionar los estándares de belleza que la sociedad impone.
A pesar de todo, Lyn May ha logrado encontrar la fuerza para seguir adelante y continuar su carrera en el mundo del espectáculo. Su historia es un recordatorio de la importancia de la autoestima y de valorar la belleza interior por encima de cualquier apariencia física.