Hoy se cumplen 27 años de partida de Luis Aguilar, gran figura de la época de oro del cine mexicano.

¿Te imaginas a Luis Aguilar como empresario en lugar de actor? Antes de incursionar en el mundo de la actuación, Aguilar había probado suerte en la industria marítima.

Su destino se encontraba a lado de dos grandes del cine mexicano Pedro Infante y Jorge Negrete y recibir el cariño y reconocimiento del público.

Descubriendo su talento

Luis Aguilar siempre le tuvo amor al mar y a la pesca, antes de ser actor y cantante él disfrutaba del negocio en torno al mar.

“Desde niño tuve una afición única que conservo, la pesca, ya no le cuento como allá en el Golfo de California lo mismo me despachaba tintoreras que tiburones”, contó en su última entrevista a un periódico.

Tras su paso fallido en el mundo militar, se dedicó a la pesca en los astilleros del puerto de Mazatlán, comenzó a armar sus propias lanchas, inició un muy buen negocio. Se convirtió en un muy buen pescador y llegó a tener más de 20 lanchas camaroneras y de pesca.

Pero en una visita a sus padres en la Ciudad de México, asistió a una fiesta, y con unas copitas encima se puso a cantar, y un amigo del productor, director y guionista cinematográfico Raúl de Anda lo vio y se interesó en él.

“Entré al cine porque cantaba un poquito y después tuve la gran suerte”, decía siempre Aguilar cuando recordaba sus inicios en el mundo artístico, en el que fue aprendiendo a actuar en cada película.

Aguilar participó en más de 80 películas, sus actuaciones fueron polifacéticas, aunque el público siempre lo prefirió como el “Gallo Giro”, pero él siempre reconoció su propio talento y vigencia en cinco décadas.

Luis Aguilar superó el alcoholismo que puso en jaque su matrimonio con la actriz Rosario Gálvez, fue un buen padre y un admirado actor y cantante que nunca dejó atrás su amor por el fascinante mundo marítimo, sin embargo, el mundo artístico le dio fama, aplausos y reconocimiento, tal como pasó con sus colegas Pedro Infante y Jorge Negrete.