Sara García, conocida cariñosamente como “la abuelita del cine mexicano”, es una de las figuras más icónicas de la Época de Oro del cine en México. Curiosamente, la actriz nunca tuvo nietos, ya que su única hija falleció de manera prematura y trágica.


María Fernanda Ibáñez, su única hija, nació el 15 de enero de 1920 y creció rodeada del mundo del cine gracias a su madre. Aunque su vida fue corta, su conexión con la industria cinematográfica mexicana y la figura de su madre perduran en la memoria colectiva. ¿La recuerdas?



¿Quién fue la hija de Sara García?


A lo largo de su vida, Sara García forjó fuertes lazos con muchos de los grandes actores de su tiempo, como Pedro Infante, Joaquín Pardavé y Marga López, a quienes consideró casi como hijos adoptivos.


Estos vínculos, junto con las diversas tragedias que marcaron su vida, cimentaron su figura como una de las grandes matriarcas del cine mexicano. Sin embargo, u relación con María Fernanda, su hija biológica, fue influenciada tanto por su carrera como María Fernanda Ibáñez fue su única hija biológica y nació de su matrimonio con Fernando Ibáñez, un actor con el que contrajo nupcias en 1917.



Desafortunadamente, su relación con Ibáñez no duró mucho; se divorciaron en 1923 debido a una infidelidad por parte de él. A raíz de este divorcio, María Fernanda fue criada principalmente por su madre y por Rosario González, quien fue asistente de Sara García y, según algunas versiones, su pareja sentimental.



María Fernanda Ibáñez, su historia.


A pesar de no contar con una figura paterna estable, María Fernanda creció inmersa en el mundo del cine y la cultura artística que su madre representaba. Desde temprana edad, mostró interés por la actuación, lo que la llevó a participar en el cine desde 1934, con pequeños roles en diversas películas.


Su vínculo con la industria cinematográfica se consolidó en 1937, cuando debutó como actriz profesional en la película “No basta ser madre”, junto a su madre. Este fue el comienzo de una carrera que prometía mucho.


El verdadero salto a la fama de María Fernanda se dio en 1937, cuando protagonizó “La madrina del diablo”, su primer y único papel principal en la pantalla grande. En esta película, actuó junto a Jorge Negrete, uno de los más grandes íconos del cine mexicano.


La química entre ambos actores fue evidente, lo que llevó a muchos a especular sobre un romance fuera de cámaras. De hecho, se dice que Jorge Negrete quedó profundamente enamorado de la hija de Sara García.


Sin embargo, esta relación nunca fue bien vista por la actriz, quien parecía rechazar la idea de un romance entre su hija y el famoso cantante y actor, principalmente por la diferencia de edad y la reputación de Negrete como un “mujeriego”.


A pesar de las intrigas y rumores, María Fernanda se casó en 1938 con el ingeniero Mariano Velasco Mújica. Juntos se mudaron a Tamaulipas, lo que la alejó del mundo del cine y los reflectores.


Se dedicó a su hogar y adoptó el nombre de María Fernanda Ibáñez de Velasco, comenzando una nueva etapa alejada de la fama que había probado en su juventud.



Su trágica e inesperada muerte


El 18 de octubre de 1940, cuando María Fernanda tenía apenas 20 años, su vida se apagó de forma inesperada debido a una hemorragia interna por fiebre tifoidea.


Su muerte conmocionó a todos aquellos que la conocían y, especialmente, a su madre, quien no solo había perdido a su hija, sino que también sufrió el dolor de la pérdida de una joven promesa del cine mexicano.


El fallecimiento de María Fernanda ocurrió en Coahuila de Zaragoza, y su cuerpo fue trasladado a la Ciudad de México, donde fue enterrado en el Panteón Español.


La tragedia continuó en los años posteriores, ya que 40 años después de la muerte de su hija, Sara García también fallecería, siendo enterrada en la misma tumba que María Fernanda.


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