Muchas son las fobias que existen, y padecer alguna debe ser una verdadera pesadilla… En nuestra leyenda del día de hoy conoceremos la historia de Nachito, el pequeño que murió debido a la nictofobia (fobia a la obscuridad) que desde pequeño sufrió.

Desde que nació, Ignacio Torres Altamirano padeció de nictofobia o lo que es lo mismo, fobia a la obscuridad, motivo por el cual sus padres siempre dejaban una veladora prendida en la habitación del pequeño y la puerta abierta para que “Nachito” pudiera dormir tranquilo.
Algunos meses después de que Nachito cumpliera un año, sus padres cumpliendo con un compromiso lo dejaron un par de horas solo y durmiendo en la tranquilidad de su casa con su vela encendida.
Tema relacionado: La leyenda de Las GemelasLa sorpresa que se llevaron los padres del niño cuando regresaron los dejó sin aliento, la luz por algún motivo se había apagado y Nachito yacía muerto en su cama víctima de un infarto fulminante causado por el miedo a la obscuridad.

Tras la tragedia, los padres decidieron que los restos del pequeño debían ser enterrados en el Panteón de Belén, ubicado en Guadalajara Jalisco, pues ellos vivían en ese Estado desde hacía ya muchos años.
Al día siguiente de que sepultaran a Nachito, el féretro apareció afuera de la tierra, situación que atribuyeron a los profanadores de tumbas, por lo que nuevamente la caja fue enterrada.
Diez días pasaron y la situación se repetía día con día, hasta que la mamá de Nachito cayó en cuenta que lo que sucedía era a causa de la fobia que sufrió su hijo, motivo que la llevó a decidir junto con su esposo a dejar la caja afuera para que el pequeño pudiera descansar en paz
Mucha gente al conocer la historia de Nachito lleva juguetes, flores y dulces a su tumba, y hay quienes relatan que al pasar enfrente de la tumba, se puede oír la alegre risa de quien en vida temía a la obscuridad…
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