Todos conocemos por lo menos a una persona de cabello rizado cuyo apodo sea “la china” o “el chino“, pero alguna vez te has preguntado ¿de dónde viene esta asociación? Es decir, los asiáticos, no tienen el cabello de esta forma.
El origen proviene de la palabra quechua china que quiere decir hembra o muchacha.
En la época de la conquista, las familias españolas procuraban tener algunas chinas que les ayudaran con las labores del hogar, de aquí que con el tiempo, chino y china se convirtieran en los nombres populares para los trabajadores de casa. Posteriormente este apodo se utilizó para referirse a las muchachas pueblerinas, objeto de inspiración de belleza y sensualidad durante el siglo XIX que después se convirtieron en las famosas chinas poblanas mexicanas.
Tiempo después, cuando comenzaron a llegar esclavos africanos y peninsulares, surgieron las castas como resultado de las pasiones carnales. A la casta correspondiente de la mezcla entre mulatos e indígenas les llamaron chinos porque ya estaban “destinados” a ser sirvientes. Debido a su herencia africana, el cabello rizado era una característica particular, de aquí se conservó la tradición de llamar chino a quien tuviera el cabello rizado.
En el español antiguo, china significaba piedrecilla, de aquí nació el verbo enchinar que significaba cubrir con piedras dando una apariencia granulosa; de esto surge el término tener enchinada la piel.
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