Una de las leyendas más famosas del estado de Nuevo León es la de la casa de los tubos, una célebre construcción que muchos califican como maldita por las situaciones que ahí se han presentado.
Una casa marcada por la muerte…
Cuenta el relato que allá por la década de los 70´s un amoroso padre en su intención de hacer feliz a su pequeña hija que se encontraba postrada en una silla de ruedas, decidió regalarle una bella casa en donde pudiera ella pasear y sentirse libre.
El papá buscó al mejor arquitecto, quien le propuso hacer una gran casa llena de rampas para que su hija pudiera desplazarse cómodamente, la construcción debía ser en forma tubular para así cumplir con lo acordado.
El famoso creador rápidamente juntó a varios albañiles quienes trabajaban hasta altas horas de la tarde, pues debía estar terminada cuánto antes.
Un día mientras todos trabajaban se escuchó un terrible grito, uno de los albañiles había caído desde una gran altura causándole la muerte.
El ambiente poco a poco fue cambiando y entre la gente se sentía enojo y apatía; pasaron solo algunos días para que otro de los albañiles nuevamente cayera y terminará muerto, cuentan que su expresión facial al tratar de auxiliarlo era macabra.
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Aún con estas situaciones y casi a punto de terminar la casa, el padre llevó a su hija a conocer lo que sería su nuevo hogar, pero en un pequeño descuido la niña desapareció logrando llegar al piso más alto de la edificación. Mientras la joven veía y admiraba el lugar en donde viviría, de pronto su silla se deslizó por una de las rampas hasta que estrepitosamente salió volando por uno de los ventanales.
Una vez más la muerte se hacía presente en el lugar… el padre cayó en una depresión muy fuerte que lo llevó al alcoholismo para al poco tiempo terminar suicidándose.
Pasaron algunos años para que una familia decidiera visitar el lugar, pues la forma en que estaba construida llamó su atención al grado de querer adquirirla. En una de las visitas que realizaban, uno de los hijos también cayó desde un ventanal accidentalmente y la propiedad nuevamente terminó abandonada.
Cuenta la gente que después de eso, a lo lejos se podía ver cómo a través de lo que serían los ventanales, la niña de 12 años paseaba por la casa.
A la fecha, la casa de los tubos se encuentra en remodelación, pues el nuevo arquitecto que se está haciendo cargo pretende modernizarla para que por fin alguien pueda habitarla.
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