Ignacio López Tarso celebró ayer su cumpleaños número 98 y al ser uno de los actores emblemáticos en el mundo del teatro, el cine y la televisión, recibirá un muy merecido homenaje en el Palacio de Bellas Artes.
La primicia fue dada a conocer por su hijo, Juan Ignacio Aranda al Excélsior, en donde informó que será este año cuando se papá sea homenajeado en el importante recinto:
“Vamos a ver cómo se vienen los homenajes. Es un actor tan homenajeado que tiene que escoger en cuales estará. Le van a hacer un homenaje en Bellas Artes en la Sala Principal este año. Yo estoy con él. Si me llaman para hacer algo, lo haremos. Necesita trabajar, porque se aburre. Es una mente muy lúcida que sabe que pasan los días y extraña al escenario. Queremos mucho a López Tarso y es el único actor en el mundo que está vivo y trabajando así de bien. Hizo siete streamings durante la pandemia y tiene 98 años en activo”
Y aunque aún faltan dos años para que don Ignacio López Tarso cumpla 100 años, su hijo adelantó que ya tiene planes para cuando su padre llegue a esa edad:
“Al llegar a cien años va a inaugurar un teatro en Ixtlahuaca (Estado de México). Hay el compromiso de la Universidad de Ixtlahuaca y de mi papá de llegar bien para estrenar ese teatro”
¡Don Ignacio López Tarso celebró con una pequeña fiesta su cumpleaños!
Previo a la partida de pastel, el querido histrión habló de los 98 años que cumplió:
“¡Me siento muy contento! ¡98 años y faltan dos para cumplir el mínimo de vivencia que quiero, cien años! ¿Velitas? No, cien cirios pascuales vamos a poner. Cuando estaba terminando 1900 yo estaba nerviosísimo, porque no sabía si iba a llegar al final del siglo. Decía ‘ha de ser padrísimo cerrar un siglo y recibir al otro’. Se me hizo. Ahora estoy deseando llegar a los cien, ojalá. Con la salud no se sabe nunca. Yo estoy muy bien, me siento sano, fuerte y a gusto. No sé mañana qué puede suceder, pero estoy listo para lo que venga”
Para finalizar, Ignacio López Tarso dejó ver su enorme deseo de volver al teatro:
“El teatro es alimento, es necesidad. El aplauso del público es la mejor recompensa que te puede dar el trabajo y a mí me lo ha dado a manos llenas. Me urge sentir esa cercanía del público. Si sigo así como estoy, paso de cien”.