A lo largo de nuestra vida hemos escuchado miles de historias sobre el amor verdadero y la media naranja que existe para cada persona, pero ¿es real?
Algunas personas afirman que el origen de esta leyenda se encuentra en las palabras del filósofo griego, Platón, quien asegura que Aristófanes decía que en un principio los seres humanos poseían dos caras, cuatro brazos y cuatro piernas, pero debido a sus constantes peleas provocadas por su soberbia, Zeus decidió separarlos en dos partes, siendo condenados a buscar afanadamente la otra mitad que los completaría.
Así, esta idea de que cada persona tiene una pareja predestinada se ha extendido hacia todas las culturas.
Durante los siglos XVI a XVIII se construyeron enormes y majestuosos templos cuya cúpula era también conocida como media naranja y era la pieza final más destacada, estas construcciones tardaban tanto tiempo en concluirse que muchas generaciones nacían y morían sin poder ver su templo terminado. De estos acontecimientos nació la expresión de que cuando una persona finalmente encontraba al amor de su vida (después de tanto tiempo), hallaba a su media naranja.
Para el siglo XIX se relacionó esta idea con la leyenda griega dando lugar a la leyenda de que somos la media naranja de otra persona.