Pedro Infante, una de las leyendas más queridas del Cine de Oro mexicano, llevaba una vida que muchos envidiaban, pero pocos conocían. Detrás de su sonrisa y su innegable talento, el ‘Ídolo de México’ escondía un secreto que lo atormentaba: una profunda tristeza y problemas de salud que pocos conocían.

El secreto desgarrador de Pedro Infante: la tristeza detrás del ídolo.

En una reciente entrevista inédita recuperada por sus fans, se reveló una triste verdad sobre Pedro Infante. A pesar de su éxito abrumador y su fama, el ‘Ídolo de Guamúchil’ confesó sentirse constantemente inseguro de sus habilidades actorales. “Yo entré al cine, pero yo me sentía muy triste porque nunca le atinaba a nada”, dijo Infante en una entrevista a los 38 años.

Lo que muchos desconocen es que Pedro Infante también padecía diabetes, una condición que controlaba mediante su afición al ejercicio. Según el investigador José Luis Vargas Aguilar, este padecimiento y la falta de tratamientos eficaces en la época llevaban a Infante a buscar refugio en el ejercicio físico. Esta rutina no era solo por mantener su figura, sino una necesidad médica y emocional.

Además, el ‘Rey de las Rancheras’ enfrentaba problemas de visión que comenzaron a manifestarse antes de su trágica muerte. En su licencia de piloto, se le recomendaba el uso de lentes, una muestra de los estragos que la diabetes causaba en su cuerpo.

La depresión de Pedro Infante: un secreto bien guardado

A pesar de su imagen alegre, Pedro Infante sufría de episodios de depresión. Estos momentos oscuros se hicieron más frecuentes tras la muerte de su padre y el suicidio de su amiga cercana, la actriz Miroslava. Estos eventos fueron golpes duros que llevaron al ‘Ídolo de México’ a buscar consuelo en Mérida, un lugar que se convirtió en su refugio durante sus periodos más difíciles.

La relación de Infante con Miroslava era especial. Aunque siempre se le vio rodeado de estrellas del cine, Pedro consideraba amigos a pocas personas, siendo Miroslava una de ellas. Su muerte fue un golpe del que nunca se recuperó completamente.

Otra figura importante en la vida de Infante fue Blanca Estela Pavón. Aunque se les atribuyó un romance, la realidad es que su relación era de profundo respeto y amistad. Pavón, quien era novia del productor Rogelio Gutiérrez, fue una de las pocas personas en quienes Pedro confiaba plenamente.

Pedro Infante dejó un legado impresionante en la industria del entretenimiento en México. Con más de 60 películas y 300 canciones, se ganó el título de ‘Rey de las Rancheras’. Trabajó junto a grandes figuras como Jorge Negrete y María Félix, elevando el nombre de México en el mundo del cine. A lo largo de su carrera, recibió numerosos premios y reconocimientos, incluyendo un Oso de Plata en el Festival de Berlín en 1957.

A pesar de sus logros, Pedro Infante nunca se sintió a la altura de su fama. Sus propias palabras en entrevistas reflejan una inseguridad que contrastaba con su éxito público. “No sentía que fuera un buen artista”, confesó en más de una ocasión. Esta percepción personal negativa afectó su bienestar emocional, llevándolo a retrasar filmaciones y a enfrentar desafíos internos que pocos conocían.

Hoy, Pedro Infante es recordado no solo por su talento, sino también por las batallas personales que libró en silencio. Su vida es un testimonio de la lucha humana contra las adversidades, un aspecto que sus fans continúan explorando y honrando. Su historia, llena de logros y desafíos, sigue inspirando a nuevas generaciones.

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