La querida cantante mexicana Dulce ha vuelto a ser el centro de atención al revelar los detalles de su reciente batalla contra el cáncer. Hace dos meses, Dulce se sometió a una cirugía para extirpar un tumor maligno que se encontraba en su riñón. En un principio, los médicos creyeron que era benigno, pero pronto descubrieron la verdad.
Dulce reaparece más fuerte que nunca, lista para seguir cosechando éxitos en la música
En entrevista exclusiva para TvNotas Dulce comparte cómo ha sido su recuperación y lo agradecida que está de tener una segunda oportunidad en la vida.
“Sigo en recuperación. Ya no tengo ningún malestar. Quedé encantada de la vida. Con 52 kilos. La ropa me queda de maravilla. Volví a tener cintura”, expresó Dulce con una sonrisa radiante. El tumor, que pesaba dos kilos y medio, había hecho que la cantante se viera más pesada de lo normal. “Fue como si me sacaran un hijo. Era grande y maligno. Bendito Dios estaba encapsulado. Por eso no generó infección en mi cuerpo ¡Era cáncer! Pero estaba ‘encerrado’”, añadió, agradeciendo que el tumor no se hubiera extendido.

Dulce explicó que, a pesar de la gravedad de su condición, no tuvo que someterse a quimioterapias ni tomar medicamentos fuertes. “No tuve quimioterapias. No tomo medicina. Ya no me duele nada. Tengo gran salud. Me he recuperado porque no tomo, no fumo, no parrandeo”, comentó, destacando su estilo de vida saludable como clave para su rápida recuperación.
Recordando los momentos más difíciles de su hospitalización, Dulce confesó: “Antes de enterarme tuve pérdida de memoria. De pronto tomaba mi celular y no recordaba el nombre de a quién iba a llamar. Veía la lista de contactos y no recordaba a las personas. Tuve miedo”. Fue un dolor de estómago lo que la llevó de emergencia al hospital, donde pasó dos semanas sometiéndose a estudios exhaustivos y con una dieta estricta de agua y gelatina.
“Todos los días me sacaban sangre. Fue muy doloroso. Tenía un catéter en el cuello para pasarme no sé qué cosa. Solo quería que eso terminara rápido”, recordó Dulce, visiblemente conmovida. Según le explicó su doctor, el tumor producía sustancias que afectaban su memoria, pero afortunadamente, no era algo alarmante.
Al recibir la noticia de que el tumor era maligno, Dulce no sintió miedo a morir. “Soy muy creyente y sé que el día que yo me vaya me van a recibir mis padres. Volver a verlos sería para mí una felicidad. Pero ese valor que tengo no me da derecho de largarme de este mundo y dejar a mi familia sufriendo”, expresó con serenidad. Su fe y el apoyo de su familia fueron fundamentales para enfrentar este difícil momento.
Dulce también aprovechó la situación para poner en orden su testamento y asegurarse de que su familia estaría protegida. “Mi testamento ya lo tengo pero le hice ajustes para dejar todo en orden”, compartió, mostrando su responsabilidad y amor por los suyos.
“Tenía que ir a revisión al mes. Ya acudí. Debo regresar a los tres meses, a los seis y al año. El doctor me dijo que estoy en perfectas condiciones. Lo que sigue es pura prevención. Hay millones de personas que viven con un solo riñón. Yo soy sobreviviente. ¡Ya estoy bien curtida!”, concluyó Dulce, con un tono de triunfo.
La historia de Dulce es un testimonio de esperanza y resiliencia. Su valentía y optimismo son un ejemplo para todos, demostrando que incluso en los momentos más oscuros, la fe y el amor pueden iluminar el camino hacia la recuperación.