Roberto Gómez Bolaños, conocido mundialmente como Chespirito, dejó un legado imborrable en el mundo del entretenimiento. Sin embargo, más allá de su icónico personaje, su vida familiar ha sido un misterio para muchos. Gracias a revelaciones recientes de su hijo, Roberto Gómez Fernández, podemos adentrarnos en la intimidad de este genio del humor.

La vergüenza de ser hijo de Chespirito…
Durante una entrevista exclusiva con Mara Patricia Castañeda, Gómez Fernández compartió detalles conmovedores sobre su infancia al lado de Chespirito. A pesar del fulgor de la fama, en casa, su padre era simplemente Roberto, un hombre que valoraba la normalidad por encima de todo. “Mi papá nos inculcó vivir una vida lo más normalita posible”, reveló el productor televisivo.
El pequeño Roberto solía acompañar a su padre al set de grabación, pero mientras Chespirito encarnaba a sus famosos personajes, en casa era un esposo amoroso y un padre dedicado. Sin embargo, la creciente fama del comediante no pasó desapercibida para el joven Gómez Fernández, quien confesó sentir vergüenza cuando sus compañeros de escuela lo cuestionaban sobre su padre famoso.
“A mí me daba mucha pena, no me gustaba que me preguntaran, además no sabía qué decir”, admitió el productor. A medida que la popularidad de Chespirito crecía, las preguntas se volvían más frecuentes y la incomodidad de Roberto aumentaba. “Me daba pena, sobre todo si había varios y preguntaban”, añadió.
Aunque ahora Roberto Gómez Fernández se enorgullece de ser el hijo de Chespirito, en su infancia evitaba hablar sobre su padre famoso. Sin embargo, estas revelaciones nos permiten comprender mejor la compleja relación entre la figura pública y el hombre detrás del personaje.
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