Las historias de animalitos por lo general son muy bien recibidas por los seguidores de redes sociales, y ésta que a continuación les compartiremos seguramente no será la excepción, pues afortunadamente tuvo como en la telenovelas, un final feliz; y es que resulta que una abuelita de Corea, decidió adoptar a un perrito que se encontró abandonado en un basurero de su barrio, pero no era cualquier peludito, pues desgraciadamente los motivos que llevaron a la familia a dejarlo en ese lugar fueron porque éste no podía mover su patitas traseras, lo que ocasionaba que se desplazara con dificultad.
Para la abuelita eso no fue un obstáculo, pues más bien decidió adoptar a Bong y ayudarlo, esto a pesar de que sus condiciones económicas no eran las mejores.
El amor que la abuelita le da a su fiel amigo es realmente admirable, ya que por ejemplo, para sacarlo a pasear le pone unas botitas o unas calcetitas, esto con la finalidad de que el perrito no se lastime, o bien, lo transporta en un carrito cuando las caminatas son más largas y hasta le da masajes diariamente en sus patitas para estimularlas.
El agradecimiento que Bong siente hacia la abuelita es inmenso, pues él la acompaña a todos lados y pocas son las veces que se separa de ella.
El historia de la abuelita y de Bong poco a poco se ha hecho viral, pues en diversos medios de comunicación de su país lo han dado a conocer, y por ello, muchas personas se han sumado para ayudarlos ya sea con comida, ropa, cama e inclusive un grupo de voluntarios se ofreció a llevarlo al veterinario con todos los gastos pagados, pues sin duda, el deseo más grande de la adulta mayor es que su amiguito de cuatro patas vuelva a caminar con normalidad.
Afortunadamente las noticias por parte del médico veterinario que lo examinó y que le hizo los estudios necesarios fueron positivas, pues el diagnostico que dio es que Bong padece mielitis de columna vertebral y que tiene un 70% de probabilidades de recuperar la movilidad en sus patitas traseras si se sigue el tratamiento indicado.
La felicidad de la abuelita al enterarse de esto fue tal, que hasta se puso a llorar, y es que todo parece indicar que el perrito ya se encuentra tomando sus terapias y que poco a poco ha sus patitas traseras se han ido moviendo más.