Solo habían pasado 2 años 8 meses de la trágica matanza en donde el gobierno había matado a cientos de estudiantes en la plaza de Tlatelolco aquella tarde del 2 de octubre de 1968.
Una vez más los estudiantes se tuvieron que enfrentar a un grupo de choque denominado “Halcones” en la capital del país, esto después de que el gobernador de Nuevo León, Eduardo Ángel Elizondo promulgara una nueva Ley Orgánica para la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), en donde prácticamente suprimía la autonomía de la institución.
Tras el decreto, el descontento por parte de estudiantes y maestros se vio reflejado en una huelga y en diversas protestas llevadas a cabo, las cuales desembocaron en un conflicto político, el cual finalizó con la matanza del 10 de junio de 1971 denominada como “Halconazo” llevado a cabo un jueves de Corpus Christi.
La marcha en donde participaron alumnos de la UNAM apoyados por estudiantes del IPN dio inició en el Casco de Santo Tomás, la intención era caminar por la Av. México-Tacuba para finalmente llegar al Zócalo de la CDMX, sin embargo, el famoso grupo paramilitar Halcones, ya los esperaban en diversas calles que desembocan a la Av. de los Maestros bloqueándoles el paso.
Los Halcones, quienes contaban con tanques antimotines, transportes del ejército y camiones llenos de granaderos, atacaron a los estudiantes con varas de kendo, cadenas y chacos que después se convertirían en metralletas M-1 y M-2, además de otras armas de fuego largas, el intento de huir por parte de las víctimas fue en vano, elementos de la policía no pudieron o no quisieron intervenir.
Los heridos fueron llevados al hospital Rubén Leñero, en donde personal del grupo Halcones ingresó para rematarlos aún estando estos en el quirófano e intimidando a todo aquél que quisiera impedirlo.
El número de muertos durante el famoso “Halconazo” fue de aproximadamente 120 personas y cientos de muertos.
Fue Manuel Díaz Escobar, quien en ese momento era Subdirector de Servicios Generales del Departamento del Distrito Federal, quien poco tiempo después confirmó que el grupo Halcones había sido financiado y capacitado por el gobierno.
Tras los hecho, Manuel Díaz entregó su renuncia a Luis Echeverría el 15 de junio después de que éste dedujera que los manifestantes habían sido provocados, entre otras cosas, para que el gobierno tuviera un pretexto y se deshiciera de él.
50 años después, nadie ha sido juzgado ni detenido por lo ocurrido, sin embargo, en el año 2000 el gobierno de México creo una fiscalía oficial para investigar este tipo de hechos, en donde además se intentó acusar al expresidente Echeverría de genocidio, pero la magistrada del caso, Herlinda Velasco acreditó que más bien se había tratado de un homicidio simple que sí había prescrito luego de transcurridos más de 30 años de lo ocurrido.